“No me gusta la moda cuando es pretenciosa”

El edificio está ubicado al final de una calle de Londres, justo en el Soho, y es vecino de una galería de arte, una productora cinematográfica y una tienda de discos. El ascensor está permanentemente averiado. Aquí, ninguna placa advierte de la identidad de los inquilinos. Sin embargo, aquí es donde trabajan los ochenta empleados del estudio creativo del gigante británico Burberry, alteza de la gabardina y el tartán. Y, a la cabeza, en su luminoso despacho del cuarto piso: Daniel Lee, 38 años, acento inglés, aspecto de galán joven, determinación inquebrantable.

Su nombramiento, en octubre de 2022, para el cargo de director artístico marcó un doble regreso. El de Burberry – “un nombre que despierta un sentimiento patriótico”, – señala – en manos de un estilista británico, después de cuatro años bajo la dirección del italiano Riccardo Tisci. Pero también el del propio Daniel Lee en Londres, tras un electrizante mandato de tres años en Milán en Bottega Veneta.

Allí, su capacidad para imaginar bolsos y zapatos de éxito sedujo a compradores y editores de moda y deleitó a los ejecutivos de la empresa matriz, Kering, con un aumento del 36% en la facturación durante su paso. “Al principio ningún cálculo te paraliza y es a través de una forma de ingenuidad como se alcanza el éxito” Ponga a Daniel Lee en perspectiva hoy, como para calmar las enormes expectativas que pesan sobre él.

» Un estilo de vida «

En Burberry, debe lograr efectivamente dar forma a más que una moda, » un estilo de vida «, como él mismo dice, capaz de atraer multitudes y aumentar la facturación de 3.090 millones de libras esterlinas en 2023 (3.620 millones de euros) a 4.000 millones y luego 5.000 millones a más largo plazo. “Burberry es una minitienda departamental. En cierto modo, debes poder encontrar todo allí”. él especifica.

Además de los zapatos, uno de sus puntos fuertes, dice que le gusta tocarlo todo, paraguas y bolsas de agua caliente, bufandas y albornoces, incluso ropa infantil. Hijo de un mecánico y de un administrativo, creció en Yorkshire, en Bradford, en las afueras de Leeds, “un lugar donde la moda no significa nada” y del que partió con 18 años para saciar su apetito por la cultura en Londres, con un estudio en Brick Lane como base.

La colección Burberry × Highgrove.

“De Burberry conocía la gabardina que llevaba la reina Isabel o el coletero con estampado de tartán que un personaje de telenovela podía utilizar para recogerse el pelo. Cuando acompañé a mi padre al fútbol, ​​también veía Burberry. En fin, un poco de verdad y mucha falsificación. » Los familiares de la familia también trabajaban para la marca, en las fábricas propias situadas a unas decenas de kilómetros de distancia, todavía en funcionamiento para la producción de gabardinas, forros y confección de cuellos.

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