“Veganizar los alimentos tendría virtudes sanitarias y ecológicas”

“Veganizar los alimentos tendría virtudes sanitarias y ecológicas”

lEl modelo alimentario occidental, basado en proteínas de origen animal, tiene graves consecuencias en nuestro planeta. Numerosas estudios científicos y los políticos dan fe de la importancia de una dieta basada en plantas para contrarrestar estos efectos nocivos. Sin embargo, en la práctica, el consumo de productos animales no está disminuyendo. Se trata de hábitos culturales, pero sobre todo de políticas públicas: son ellos los que marcan la diferencia, como lo demuestran las muy variadas situaciones en los diferentes países de Europa.

Así, en Alemania, un país renombrado “carne”El consumo de carne alcanzó su punto máximo en 2022. nivel más bajo desde los años 1990, o 52 kilos por persona. Sin duda, esta disminución se debe en gran medida a las políticas favorables a la alimentación vegetariana y al nombramiento de un Ministro de Agricultura que se toma en serio el impacto de la producción animal. Por el contrario, en Francia, con un presidente y un ministro de Agricultura cercanos a los grupos de interés ganaderos, nuestro consumo de carne sigue siendo de 85 kilos por persona al año y ha aumentado un 2% en los últimos dos años.

A pesar de declaraciones de buenas intenciones o de algunas leyes “ventanas” Al igual que la ley EGalim, el gobierno francés persiste en burlarse de cualquier propuesta de plantar nuestro modelo alimentario y sigue apoyando la producción animal industrial, que es el pilar de la actual situación desastrosa: el 80% de los animales criados en nuestro país sufren de cría intensiva, y Seguimos importando carne, producida en condiciones que no responden a las expectativas de los consumidores franceses.

Hacia un sistema alimentario más justo y sostenible

Francia invoca periódicamente la competencia europea para evitar cambios en las prácticas agrícolas y políticas públicas ecocidas. Sin embargo, ya existen varias herramientas dentro de la Unión para iniciar y apoyar el cambio político esencial hacia una dieta más basada en plantas, como se destaca EL relación “Política impulsada por las plantas”redactado por una coalición de cinco organizaciones europeas, incluida Francia.

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Una primera medida consiste, en primer lugar, en reorientar las subvenciones de la PAC hacia la producción vegetal sostenible y fomentar el consumo de proteínas vegetales, que constituyen activos para el medio ambiente y la salud pública. Se trata también de aplicar realmente la estrategia “de la granja a la mesa” y de establecer etiquetas que indiquen el impacto de los productos en los ecosistemas y en la condición de los animales.

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