
13:30 horas, barrio de King’s Cross, a dos pasos de la estación de Saint Pancras. El cielo está pesado, saturado de nubes, y Londres ya está sumida en la oscuridad. Hussein Chalayan llega a la reunión vestido todo de negro, con zapatillas blancas en los pies, con un aspecto discreto pero una mirada penetrante. Nos ve al otro lado del café y nos saluda desde lejos con un gesto cálido. El diseñador ocupa un lugar especial.
No sólo ha marcado la historia de la moda de los últimos treinta años. Su huella cultural también ha ido mucho más allá de los estrictos límites de la ropa para abarcar la escultura, el vídeo, el diseño de muebles y simplemente el arte. Pero Hussein Chalayan es considerado y accesible. Pregunta por nosotros cuando llega su capuchino. “Eres más bien persona de moda ¿Tienes una cultura periodística? » » Un poco de los dos, nos atrevemos. La moda es parte de la cultura, ¿verdad? » Allí parece, tranquilo.
El diseñador prefiere una discusión a una entrevista formal, a menudo nos invitará durante la entrevista a dialogar con él, devolviéndonos preguntas: » Y tú, Que piensas ? » Desde ChatGPT hasta los desórdenes del mundo, pasando por la soledad digital y el lujo que tiene “tragado” moda, Hussein Chalayan tiene mucho que decir. Sus palabras son las de un creador libre que siempre ha puesto el rechazo al compromiso en el centro de su práctica. Y su obra, hoy expuesta en las cuatro salas del mundo, es inclasificable.
vestidos de seda enterrados
De origen chipriota, nacido en Nicosia en 1970, enviado a un internado en Londres a la edad de 8 años, Hussein Chalayan se graduó en 1993 en la escuela de arte y diseño Central Saint Martins. Sus colecciones, en gran parte biográficas, hacen referencia a su historia personal y familiar, compuesta de éxodos y desarraigos, evocan cuestiones vinculadas a las religiones, la guerra, las nuevas tecnologías y las relaciones entre Occidente y Oriente. “Su compromiso con las grandes cuestiones sociales nunca está ahí para denunciar, sino que ofrece una búsqueda espiritual capaz, quizás algún día, de cambiar el rumbo del mundo”. ¿Podemos leer en su monografía (bajo la dirección de Robert Violette, Hussein Chalayan, Rizzoli, 2011).
Hace treinta años, la colección que diseñó para su diploma, escrita The Tangent Flows (1993), ya exploraba la dualidad. El de la mente y la materia, basado en investigaciones sobre los trabajos del matemático Isaac Newton, el filósofo René Descartes y el psiquiatra Carl Gustav Jung. Así compuso una serie de vestidos de seda que colocó en un jardín, en contacto con partículas de hierro, durante algunas semanas. Los vestidos son exhumados y presentados tal como están, transformados por la oxidación y alteración de los tejidos.
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