CARTA DESDE MÉXICO
“Estimado presidente Joe Biden”, contracomienza a leer el presidente mexicano, el 3 de mayo, durante su conferencia de prensa matutina diaria. Ese día, Andrés Manuel López Obrador, conocido como “AMLO”, tenía el rostro tenso y de mal humor. En el panel que le sirve de fondo, se muestra en pantalla una misiva que acaba de enviar a su homólogo estadounidense.
Tras las fórmulas corteses y la seguridad de que México busca ante todo la cooperación con su poderoso vecino del norte, “AMLO” va directo al grano. El pide el “Preciosa intervención” de Joe Biden, mientras que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) ha aumentado aún más su presupuesto para financiar “organizaciones abiertamente contrarias a nuestro gobierno, legales y legítimas”.
Para el jefe de Estado mexicano, es “un acto intervencionista, contrario al derecho internacional y al respeto que debe prevalecer entre Estados libres y soberanos”. Dice estar seguro de que Joe Biden ignora este expediente, lo tiene en cuenta y firma “su amigo”. “AMLO” se dirige entonces a su audiencia, integrada únicamente por periodistas, y continúa: “Biden es una buena persona, por supuesto, pero Estados Unidos no está cambiando su política intervencionista. »
“¿Y quién recibe dinero de Estados Unidos?Pregunta “AMLO”, visiblemente enojado. Siempre lo mismo. » Los nombres de las ONG financiadas se muestran de nuevo en la pantalla. Encabeza la lista la Asociación Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), creada en 2016 e interpretada durante cuatro años por un empresario, Claudio González, quien desde entonces se ha convertido en uno de los opositores más virulentos del presidente mexicano. Incluso si el Sr. González ya no dirige MCCI desde 2020, su figura sigue adscrita a la ONG cuya función principal es descubrir la corrupción a través de investigaciones periodísticas.
“Formas agresivas y neocoloniales de Washington”
Al día siguiente, el editorial del diario de izquierda El dia con el título “Las ONG como instrumento de injerencia” le da (como suele) derecho al presidente: “No hay justificación para las formas agresivas y neocoloniales de esta superpotencia. Washington está repitiendo prácticas con las que América Latina está familiarizada, financiando operativos políticos que se disfrazan de sociedad civil mientras buscan derrocar al gobierno. »
En redes sociales también, la izquierda latinoamericana hace lo mismo y felicita a “AMLO”: “Por fin un presidente que tiene la estatura de Chávez [ex-chef de l’Etat vénézuélien] y Evo Morales [ex-dirigeant de la Bolivie] »escribe un usuario. “¡Fuera de nuestro continente, Usaid! »Agrega otro.
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