Las redes sociales han jugado un papel clave en los disruptios que han sacudido Francia en la última semana. El susto de indignación y rabia se desató tras la difusión masiva de un video en el que un policía desaparece a manos de Nahel M., un adolescente de 17 años, en las afueras de París. La crisis, que momentáneamente a causa de la remisión, registró el alza de las periferias de 2005, que duró tres semanas. Con una diferencia importante: las redes han desempeñado ahora un rol en el inicio y la diseminación de las protestas. El Gobierno las tiene en su punto de mira y ha anunciado este miércoles que planteó algunas de sus funciones en caso de nuevas revueltas.
El video difundido de la muerte de Nahel el martes 27 de junio fue clave en el estallido de las protestas porque pudo dementir la version inicial de los policias. Los agentes acusaron al joven de haber tratado de embestirlos con su vehículo, pero las imágenes, grabadas con un móvil, mostraron que estaban en la parte lateral del teléfono. El policía que disparó, de 38 años, ha sido imputado por homicidio voluntario y se encuentra en prisión preventiva.
La mecha pritió en Nanterre, la ciudad de 93.000 habitantes del suburbio Parisian donde ocurrieron los hechos, pero s’extendió velozmente por otras localidades de los empobrecidos extrarradios ingleses, habitados en su mayoría por los hijos y nietos de inmigrantes del Magreb y de África. Al mismo tiempo aparecerán todo tipo de vídeos en las redes sociales: coches y autobuses en lamas, enfrentamientos con la policía, saqueos de comercios ya veces envalentonamiento u ostentación de los actos cometidos.
Las autoridades apuntaron a la responsabilidad de las redes en la organización de las protestas y pidieron su colaboración. «Las plataformas y redes sociales juegan un papel considerable en los acontecimientos», asesor del presidente francés, Emmanuel Macron, el viernes. En varias de ellas, «hemos visto la organización de reuniones violentas y observamos una forma de mimetismo de la violencia», agregó, citando a TikTok y Snapchat, cuyo servicio de mapa interactivo, Snapmap, permite indicar en tiempo real los lugares donde se producen los acontecimientos.
Ese mismo día, los Ministerios del Interior, Gérald Darmanin, y de Transición Digital, Jean-Noël Barrotreunirse con los representantes en Francia de Meta, Twitter, Snapchat y TikTok para pedirles que eliminen los contenidos contenidos e identifiquen a los usuarios que cometen infracciones.
«Vamos a Reventar las Cuentas»
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscribir
El perfil de las personas que participaron en los disturbios difieren respecto al de 2005, aunque aún no es un trato preciso. Según el ministro del Interior, la media de edad era de 17 años, aunque hubo jóvenes de 12 o 13 años que participaron en ellas. «Son generaciones que crecieron con internet y las redes sociales», apunta a este diario Yasmina Buono, experta en educación numérica de Netrespetouna organización que investiga la influencia de las redes sociales en los comportamientos de los jóvenes.
De hecho, un 30% de los detenidos en los últimos días eran menores de edad, según detalló el sábado el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, alertando del efecto «manada» de participante en los disruptios. Antes de las cámaras de televisión, detectar a los jóvenes: “Que sepan que vamos a reventar las cuentas. La autoridad legal puede, previa solicitud, pedir a los operadores que entreguen las direcciones IP”.
Una semana después de los acontecimientos, el asunto sigue estando en el punto de mira de las autoridades. El Portavoz del Gobierno, Olivier Veran, ha declarado este miércoles que el Ejecutivo analizó la posibilidad de «suspender» algunas funciones de las redes sociales como la geolocalización. La herramienta, ha criticado, permite a los jóvenes «reunirse en un lugar determinado, mostrando escenas de cómo tomar fuego». Ya agregó: «Son llamamientos a organizar el odio en el espacio público y aquí se tiene autoridad para poder suspender».
Sus declaraciones se producen al día siguiente de la reunión que Macron mantuvo con más de 100 alcaldes de localidades golpeados por la violencia de los últimos días. Durante la cita, el jefe de Estado habló de la posibilidad de “regular o cortar” las redes sociales en los casos extremos, según recoge la agencia France Presse.
Ante la revista provocada por sus declaraciones, el Elíseo matizó que Macron había referido a «poder suspenderlas temporal y puntualmente». El Ministro de Transición digital Propuso el martes la puesta en marcha de un grupo de trabajo sur las medidas a tomar en caso de nuevas interrupciones, que podrán ser incluidas en un futuro proyecto de ley para la seguridad digital.
señales de malestar
Romain Huët, especialista en ciencias de la comunicación de la Universidad Rennes 2, señala que las redes jugaron un papel importante para visibilizar el enojo, pero cree que hay que reflexionar sobre “lo que dicen estos gestos, estas violencias, estas destrucciones del estado del mundo «. «Cuando niños muy jóvenes arremeten contra la policía con tanta determinación, es señal de que algo va muy mal», señala a este diario.
Y gréga: “Tendremos que preguntarnos cómo es posible que participen en semejante violencia o saqueo despierte tal frenesí colectivo. Dice algo de la forma en que algunas personas se relacionan con el mundo”.
Coincidental Buono, de Netrespect: «En un momento dado, nuestros encontramos con jóvenes que se lo toman más como un reto (…). Como un ‘yo también voy a demostrar que participapo’. Eso planta muchas preguntas. ¿Es la vida en línea más importante para estos jóvenes que la vida real?
Sigue toda la información internacional en Facebook allá Gorjeofrecuentemente boletín semanal.
Suscríbete a seguir leyendo
Lee los límites del pecado