Si imaginamos fácilmente un plato vegano, la noción parece más oscura en términos de cosmética. Y, sin embargo, la mención «vegana» en los productos de belleza ha seguido desarrollándose en los últimos años, para robar el protagonismo a lo orgánico y lo limpio. Según la definición dada en 1951 por la asociación británica Vegan Society, el veganismo es la doctrina según la cual se rechaza cualquier explotación de los animales por parte de los humanos.
Concretamente, solo las fórmulas que no contengan ningún ingrediente de origen animal y que no hayan sido testadas en animales pueden ser calificadas como veganas. Pero la vaguedad a veces se asienta entre las marcas autoproclamadas veganas pero sin etiqueta, las que llevan el logo del girasol de la Vegan Society o el conejo «libre de crueldad y vegano» de la organización internacional por los derechos de los animales PETA y los que no dijeron nada pero no dañarían a una mosca ni a ningún otro animal.
Entonces, cosmética vegana, ¿nuevo argumento de marketing o progreso real? Un poco de los dos. En cuanto a la composición de los productos, la planta y la síntesis se han aprovechado en gran medida, la gran mayoría de los cosméticos son en realidad veganos. “Muy pocos productos cosméticos aún contienen ingredientes de origen animal. Estamos lejos de lo que conocía cuando comencé en la profesión, hace más de cuarenta años, donde formulaba con placenta humana, suero de caballo, extractos de embriones ovinos, entre otras cosas… Esto que aún podemos encontrar son productos apícolas, colágeno marino de pescado, carmín de cochinilla, pero cada vez más raramente”, subraya el cosmetólogo independiente Lionel de Benetti.
Un carmín controvertido
La barra de labios de cochinilla es un pigmento que se obtiene a veces de insectos triturados, del que los laboratorios aún luchan por prescindir para crear rojos que pegan bien en los labios. La marca estadounidense Hourglass informa que un tubo de colorete reclama 1.000 insectos y que después de años de investigación ha logrado desarrollar un sustituto vegano utilizado para el tono rojo intenso Red 0 de sus barras de labios Unlocked Satin crema y confesión. Está en proceso una patente, que se prevé abrir a toda la industria cosmética para difundir esta virtuosa práctica. Las marcas francesas All Tigers, Pomponne y Le Rouge français también consiguen liberarse del polémico carmín gracias a la verdura.
Otra fuente animal todavía muy utilizada: los productos apícolas. En el punto de mira de las asociaciones veganas, los métodos -especialmente los de las granjas industriales- que dañan a las abejas al confiscar toda su miel (su) y embrutecer a la comunidad con cada muestra. Para la jalea real, el alimento de la reina, quizás no sea mejor. Por ello, algunas marcas han preferido abandonar estos ingredientes para evitar críticas y satisfacer una demanda cada vez mayor.
Te queda el 55% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.